Panza encremada


Cremas y humectantes. Quizá no forman parte de la rutina de todas las mujeres, pero de las embarazadas y madres en lactancia serán su pan de cada día.

Con el crecimiento de vientre, y panza en general, la piel se estira increíblemente hasta el punto de salir a la luz aquellos tímidos ombligos que se ocultaban en un huequito.  Y aunque la naturaleza es sabia y todo regresa a su sitio, es necesario darle una mano pues la elasticidad puede funcionar para expandirse y no tanto para contraerse. Es ahí que surgen las estrías, por la repentina expansión de la piel.

Para evitarlas no basta más que una crema adecuada que ayudará a que no queden huellas del estiramiento forzoso y todo regrese a la normalidad.

Las madres de generaciones anteriores quizá se concentraron más en el mundo de la faja, pensando más en el cuerpo como masa que en las bondades de la piel misma y la generosidad que se debe tener con ella.

Por eso, si regalas o compras una crema antiestrías, será útil y súper valiosa para en quien pocos piensan: la mamá en la dulce espera.

Busca los productos más naturales y finos que puedas encontrar, que recomienda el ginecólogo,  la marca de catálogos brasilera o la otra única.

Y recuerda que esa madre luego dará de lactar y por la producción de leche se deshidratará toda. Las cremas humectantes serán más que un deleite para su piel.

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